No lo teníamos ya casi todo – Carter

The Past/Next One Hundred Years, 2019
Acrylic, gel medium, ink, pencil, colored pencil, digitally altered and defaced laser prints and paper on canvas

 

Carter es el primer artista de nuestra colección al que nos gustaría honrar, ya que esta pandemia continúa cerrando galerías y cancelando exposiciones. Su exposición individual “Didn’t We Almost Have It All” en la Galería Anglim Gilbert no podría ser un título más ad-hoc a la luz de los acontecimientos recientes, la galería anunció el 14 de marzo el cierre temporal del lugar para proteger la seguridad y la salud de muchos de sus visitantes, artistas y personal.

La última exhibición individual que tuvo Carter fue en 2017, ahora, 3 años después, continúa sus exploraciones de identidad, visibilidad y sexualidad junto con las representaciones dinámicas en sus piezas de medios mixtos. La Colección Adrastus se acercó a Carter para discutir su última exposición, la evolución de su obra y práctica, que nos dice, le llevó casi dos años completarla.

Colección Adrastus (CA): Desde su última exposición, vemos más conexiones entre el color y las partes del cuerpo físico que emergen del lienzo, ¿podría hablar sobre los procesos entre las dos exposiciones?

 Carter: El color ha pasado a la vanguardia en las nuevas obras a lo largo de los últimos años.

El uso intensivo del color no es solo una herramienta, sino que se ha convertido en un estudio y creación de diferentes “paletas de colores” que para mí hacen referencia a ciertos años, movimientos sociales y momentos particulares en el tiempo. El nuevo uso dominante del color ha sido una situación interesante, ya que se ha desenfrenado, casi como luchar con un tigre por la cola y que no te importe que te muerda.

 

CA: Interesado en la reproducción y la forma en que los objetos pueden sustituir la presencia humana y eventualmente actuar en lugar de otros objetos, en particular en tiempos de aislamiento. ¿Cuál ha sido el efecto en su trabajo? Ahora que el aislamiento se ha generalizado. ¿Cómo obtiene una nueva perspectiva sobre el tema?

C: El aislamiento siendo generalizado (debido al virus COVID-019) nos ha afectado a todos. Los artistas en su mayor parte, incluido yo, están aislados la mayor parte del tiempo cuando están trabajando.

Para mí, el aislamiento en el estudio siempre ha sido una bendición y una maldición; el aislamiento durante días, semanas y meses cuando se trabaja en una exposición es un lujo, pero hay momentos en que el aislamiento puede volverse ligeramente tóxico. El aislamiento mundial que este virus ha creado, no es en lo absoluto un lujo cuando se trata de trabajar en el estudio. Es casi imposible cambiar de tema y trabajar en una pintura cuando eres bombardeado diariamente por la cifra de muertes. Este nuevo aislamiento pasará, por supuesto, pero por ahora, es más fácil y tal vez es mejor pasar el tiempo regando mis plantas, leyendo y viendo televisión. El largo linaje y el lenguaje de la pintura que he creado en el estudio volverá en algún momento, y ese lenguaje cambiará orgánicamente como siempre lo ha hecho.

 

AC: Tu trabajo ahora está disponible en línea para verlo en Artsy, ¿cómo crees que el formato digital afectará la interacción del público con tu trabajo?

C: En marzo estuve en San Francisco para la inauguración de nuevas obras en las que había estado trabajando durante casi dos años. 13 pinturas. La exposición estuvo abierta durante un par de semanas y luego se cerró prematuramente debido al virus. La galería (Galería Anglim Gilbert) ha publicado el trabajo en línea. Tener una pintura de 72 x 56 pulgadas presentada únicamente en formato digital es decepcionante y perjudica los detalles y el espíritu del trabajo, pero es el mundo en el que vivimos, a menudo, la única forma de presentar el trabajo a un público más amplio. Las galerías que han tenido que cerrar sus espacios físicos, es realmente una tristeza para todos los involucrados, los artistas, su trabajo y los dueños y empleados de estas. Tener pinturas que son vibrantes y anhelan comunicarse, están solas en las paredes de la galería que han sido cerradas, es triste por todas partes. Habiendo dicho eso, hay algo conceptualmente dulce en las obras de arte que están activas, siendo secuestradas y puestas en pausa.

“Didn’t We Almost Have It All”, 2019/2020
Acrílico, gel medium, tinta, lápices de colores y papel sobre tela.

“Emote/Display”, 2019/2020
Acrílico, gel medium, tinta, lápices de colores y papel sobre tela.

Un cambio no tan sutil de su trabajo anterior es que en las piezas que Carter exhibe para la exposición 2020, las obras presentan gotas de pintura y permutaciones de color que sobresalen perfectamente en diversas figuras y formas. Al explorar a través de sus huellas en el lienzo, éstas señales emblemáticas apuntan a: “Las variaciones sutiles de Carter de las mismas formas, sus abyectas y anodinas figuras convergen como un catálogo de posibilidades físicas”, así como se menciona en un ensayo crítico previo de la Colección Adrastus  referente a exposición del 2015.

La búsqueda de identidad y sexualidad de Carter ha sido mencionada como una corriente subyacente en muchos de sus anteriores trabajos, sin embargo, esta vez toca el tema de la sexualidad de una manera más agresiva, describiéndolo él mismo como “la lucha con un tigre por la cola y que no importe que te muerda”. Mitiga esto haciendo deliberadas demostraciones de color en la ilustración de la bandera de la comunidad LGBT, con sus brillantes tonos neón en sus obras. Sin embargo, esta técnica toca una satírica melodía. Hace treinta años, Gerhard Richter pintó muestrarios de colores comerciales para satirizar las desmesuradas afirmaciones que se realizaban acerca del arte abstracto. Por lo tanto, este uso casi excesivamente descarado de colores neón que Carter ha omitido, podría tratar de agregar humor a quienes intentan encontrar la identidad del artista.

Al igual que los diseñadores de la estética de la contracultura de fines de la década de 1960, Carter utiliza letras en burbujas y collages que crean un arte óptico ilusionista, mejor conocido como “op art”. Inspirándose en los pintores abstractos Bridget Riley y Josef Albers, uno puede ver el juego entre el color y el efecto que tienen lugar en la obra y el color utilizado casi como un acto político. En 1970, “los hippies” recibieron el premio Sikkens, un premio holandés por su trabajo innovador en el uso del color (otros ganadores han incluido a Riley y al diseñador y arquitecto holandés Gerrit Rietveld).[1]

La paleta alucinante de Carter se ve atenuada por la incorporación de tela de felpa manchada de café, paños de cocina y otros adornos que se vinculan con otros movimientos artísticos como Dada y Duchamp. “Artistas interesados en la destrucción tanto como en la creación de hacer algo nuevo de cosas desmontadas “, comenta Josh Siegel, curador asociado de cine en el MoMA, quien invitó a Carter a mostrar su película “Erased” (2009) en el museo.[2] Esto solo nos invita a profundizar en la misteriosa inconsciencia de la abiertamente colorida y profundamente reflexiva obra de Carter, a medida que avanza a la siguiente etapa de su evolución como artista.

Imágenes cortesía de la Galería Anglim Gilbert.


[1] Hoggard, Liz. “The Revolutionary Artists of the 60s’ Colourful Counterculture.” The Guardian, Guardian News and Media, 4 Sept. 2016, www.theguardian.com/artanddesign/2016/sep/04/revolutionary-artists-60s-counterculture-v-and-a-you-say-you-want-a-revolution.

[2] TheAdvocateMag. “In a Word: Carter.” ADVOCATE, Advocate.com, 6 Apr. 2009, www.advocate.com/arts-entertainment/film/2009/04/06/word-carter.