Un paseo con Mario García Torres: Reseña de su más reciente exposición en el Museo Tamayo

 

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La obra de Mario García Torres durante más de 15 años ha retado constantemente la condición del arte. Las diversas plataformas de comunicación que utiliza el artista se han enfocado en examinar la complicidad artística y su ubicación en el tiempo. Particularmente, su centro de estudio ha sido “el museo” como institución tangible o imaginaria. Este interés lo ha llevado hacia un viaje peripatético alrededor de su más reciente exposición en el Museo Tamayo titulado Caminar Juntos.

 La evolución artística de Mario García Torres lo ha llevado en una búsqueda acerca del arte como incidente. Es decir, Torres considera el arte como un enigma de relaciones afectivas que una vez disueltas, evidencian la política de una era. Específicamente, su exposición individual en la Ciudad de México vincula el precedente con el incentivo, separando la fuente de la intención y creando un camino a encontrar el espacio y tiempo. Esta intención se ve aplicada en su decisión por dejar de fechar sus propias obras. El disyuntivo proceso creativo en los procesos de producción artísticos no necesariamente involucra una singularidad temporal. Al eliminar la fecha de creación de sus obras, Mario García Torres las descontextualiza y les confiere libertad de interpretación fuera de las estricciones cronológicas.

Caminar Juntos (Let’s Walk Together) mapa / map

Caminar Juntos (Let’s Walk Together) mapa / map

La distintiva estructura curatorial de Sofía Hernández involucra múltiples ubicaciones dentro de un perímetro de 1300 acres. Esta área corresponde a la superficie total del Museo de Arte Sacramento, el cual ha sido sobrepuesto en un mapa de la Ciudad de México. El Museo de Arte Sacramento es un museo etéreo extramuros fundado por el artista entre 2002 y 2004 con la intención de albergar y desarrollar sus ideas. El artista ha delimitado este perímetro colocando una pila de rocas en la anqueta, indicando el límite del museo etéreo.

Caminar Juntos, la exposición de Tamayo, inicia con una breve retrospectiva de la obra de Mario García Torres. Este sector presenta, no solamente su habilidad de trabajar con múltiples técnicas, sino que también plantea la meticulosa investigación detrás de cada proyecto. Asimismo, las diferentes locaciones en las que el artista ha desarrollado y presentado su producción artística fluctúa entre desiertos a museos, y sus fuentes de inspiración involucran archivos documentales. La multiplicidad del artista se encuentra ejemplificada en tres proyectos: Primero, el proceso de producción para el Museo de Arte Sacramento –el cual intrínsecamente involucra la exhibición del Museo Tamayo-. Segundo, su proyecto Abastecedora de Galerías, el cual tiene la intención de comercializar productos que mejoren la museografía de una exposición. Por ejemplo, un aromatizador con esencia de trementina y una amplia gama de pintura blanca para pared inspirada en los tonos que utilizaban reconocidos artistas como Hermenegildo Bustos, José María Velasco, Carlos Mérida y Goergia O’Keefe. Tercero, Prometo…una serie de manifiestos escritos en papel membretado de hoteles donde se ha hospedado en cada uno de sus proyectos.

Siguiendo con la exposición, la genial narrativa curatorial en Caminar Juntos, se encuentra establecida alrededor de tres ejes temáticos: la apropiación empática, la correspondencia y la arqueología contemporánea.

La apropiación empática se basa en obras desconocidas de otros artistas, haciendo un análisis forense a partir de la evidencia detrás de su creación. Esta apropiación re-significa el contexto original de su producción y cuestiona los conceptos de originalidad e influencia. Empáticamente, el artista genera un acercamiento a las fuentes originales que dieron origen a la obra y trata de recolocarla en la contemporaneidad en un diálogo emotivo, temporal y especial. Por ejemplo, en la obra Branco, García Torres crea una apropiación musical de un poema desconocido de la famosa escultora brasileña Lygia Clark. Jean Luc Godard, Christopher D’Arcangelo, una estación de radio local o incluso el cantante mexicano Rigo Tovan son retomados y apropiados por el artista. Inmerso en esta línea temática cabe resaltar la obra Las Variables Dimensiones del Arte, (2010). Esta pieza presenta la investigación que hizo Mario García Torres en torno a un robo masivo de obras de arte en el Museo de Bellas Artes de Caracas en Venezuela en 1963, cuando un grupo de activistas tomó posesión de una exposición completa como declaración en contra del gobierno represivo. El mérito de esta investigación se encuentra en la relación directa con las personas involucradas durante este evento, implicándolos como parte del proceso de apropiación.

Las Variables Dimensiones del Arte , (2010)

Las Variables Dimensiones del Arte , (2010)

La segunda línea curatorial se encuentra basada en la correspondencia como parte de un proceso artístico al crear una obra. Ya sea pidiendo un permiso o haciendo una entrevista, el proceso de creación de Mario García Torres involucra un proyecto arqueológico. Igual que un pintor usa su pincel, Mario García Torres utiliza el correo como herramienta para transmitir sus mensajes. Través de ensayos narrativos y el acto de la escritura, los textos en sus obras son más que manifiestos; estos lidian con la decadencia emocional entre la subjetividad y la objetividad de la misma información. Ejemplo de este argumento es Carta abierta a Dr. Atl (2005); en este video, Mario García Torres contempla la interconexión entre el arte, la cultura y la ubicación a través de una carta imaginaria escrita a Gerardo Murillo (1875 – 1964), un paisajista mexicano y escritor que trabajó bajo el pseudónimo “Df. Atl”. La cámara deambula sobre la Barranca de Oblatos, un cañón afuera de Guadalajara el cual es tema recurrente en los paisajes de Murillo. La Correspondencia en

Tetela (n/d).

Tetela (n/d).

García Torres hace que surjan preguntas entre la relación global y el estado local del arte, y las maneras en que se puede llegar a transformar la especificidad un sitio cultural y material. La Colección Adrastus está presente en esta exposición con el video de 19 minutos llamado Tetela (n.d.), el cual forma parte de la instalación Las extrañas cosas que ven mis ojos (n.d.). Localizado en el Centro de Meditación de Cuernavaca, este video presenta la serie de eventos que sucedieron en Santa María Ahuatlán y la Región de Tetela.

Finalmente, la arqueología contemporánea se encuentra profundamente inmersa en la producción de Mario García Torres. Este término se refiere directamente al apego histórico con la ubicación durante cada una de sus investigaciones. Los ideales que una vez fueron canalizados a estas ubicaciones, son recuperados y expuestos de nuevo como fósiles sobre un lienzo. Las obras resultantes de sus investigaciones de campo, producen la sensación de soledad analógica, lo cual caracteriza estas ubicaciones. Por ejemplo, en la instalación Culpa al tiempo (2006), Mario visitó los restos de la arquitectura falsa producida como escenario para diversas películas Hollywoodenses del Viejo Oeste en Durango. El artista incluso se enfoca en una de estas casas como escenario para un discurso acerca de la contingencia de la Guerra Fría.

Uno de los más fructíferos campos de investigación tiene lugar en One Hote, un hostal creado por el artista italiano Aligherro Boetti en Kabul, Afganistán. La exposición Caminar Juntos tiene todo una sección dedicada a las obras que fueron inspiradas por esta ubicación, tal como el cortometraje (1991), en el cual el artista yuxtapone su viaje a través de su ciudad natal de Monclova, con su viaje a Kabul. Los dos artistas, a pesar de ser de diferentes generaciones y contextos, recorrieron el mismo camino, tomando el mismo viaje y finalmente vivieron en los mismos cuartos.

Té (1991)

(1991)

Mario García Torres y Alighierro Boetti, a pesar de ser extraños dentro del mismo contexto Afgano, ambos decidieron abrir y manejar, por un periodo de tiempo, un lugar que ofrezca hospedaje, una casa de huéspedes en Kabul. En este sentido, García Torres, a diferencia de un curador, encontró un espacio más intimo y persona que evoque la figura de Boetti y la práctica artística. García Torres se coloca en constante oscilación con Boetti, huésped y anfitrión, presente y pasado, proponiendo una experiencia basada en la redefinición del mero concepto de artista y obra. ¿Quién es quién? ¿Cúando?¿Dónde?

Caminar Juntos no se encuentra limitado al espacio físico del Museo Tamayo. Una de las ubicaciones satelitales de la exposición es el Hotel Montecarlo. El itinerario propuesto en esta región está dedicada a la continua visita del artista japonés On Kawara (1932 – 2014), específicamente en referencia a su serie de postales I Got Up. En el Hotel Montecarlo, Mario García Torres creó una nueva obra ¿Quién le tiene miedo a la repetición? (s.f.), en la cual creó una nueva papelería para cada uno de los cuartos de huéspedes, evocando su serie Prometo…(descrita anteriormente en esta reseña). Esta instalación solamente se encuentra disponible para los huéspedes, quienes a partir de su propia experiencia, generarán una historia y figuración propios.

Crudo y Silente (2003-2009)

Crudo y Silente (2003-2009)

A unos pasos, La Casa del Cine Mx es otra sede alternativa en la cual se estará proyectando la película Crudo y Silente (2003-2009), un largometraje que estudia el tiempo y el silencio, lo olvidado y lo dicho, presentando a Diego Luna como en callado lector y musicalizado por Plastilina Mosh.

Paralelamente, el Museo de Geología también forma parte de la exposición Caminar Juntos. Inspirado en una obra producida por José María Velsaco durante el tiempo en el que trabajó como ilustrador para el Museo Nacional, el artista formaba parte de los métodos de catalogación usado por la institución para canalizar y explotar los recursos naturales de México. Este espacio alternativo presenta obras como Un Cabo, la, un porto ca (2013), La Forma de la Memoria (2014) y Es vaquero, mi papá…(s.f.). Esta última presenta un viaje familiar al abandonado escenario falso de Durango en donde el padre del artista se dio cuenta al aventar una roca encima de él, que toda la arquitectura había sido construida a partir de materiales locales. La subjetividad en las obras de Mario García Torres articula la especulación alrededor de la sensibilidad, las sensaciones decepcionantes, el paso del tiempo y la inestabilidad de la memoria. La narrativa anecdótica de su obra está capturada en el díptico de fotografías, el cual –fortuitamente- se ha convertido en la imagen pública de esta exposición.

El versátil artista complementa la exposición Caminar Juntos con un monólogo presentado en el teatro “El Granero”. Originalmente escrito por Aaron Schuster, esta adaptación de Mario García Torres es una geneaología que busca identificar los orígenes de la pelócula Mr. Arkadin – A Confidencial Report (1955). El personaje principal se llama Allen Smithee, quien durante la obra, es descrito como una persona y a veces como una cosa. Al retomar la figura cinematográfica de Allen Smithee, García Torres presenta un debate acerca de la constante colocación del arte y los artistas a través del tiempo.

N.D.,2016

N.D.,2016

La Colección Adrastus se enorgullese en presentar parte de su acervo de Mario García Torres en la exposición del Museo Tamayo. Reforzando el ideal de García Torres acerca de una arqueología contemporánea, la futura ubicación de la Colección Adrastus en Arévalo, España, buscará redimir la visibilidad de la región de León y Castilla. Asimismo, la arquitectura contemporánea recapturará la perdida magnificencia del primer Colegio Jesuita y la expondrá al mundo como una nueva mecca del arte contemporáneo.